Presentación #16 post-corrupción

post-corrupcion

Post-corrupción es un término acuñado en una conversación despues del verano de Bárcenas. Supusimos la corrupción como una nueva cultura impresa en nuestra cotidianeidad. Queríamos capturar visiones propositivas, ficciones, remezclas, apuntes en sucio o cualquier material que la CC (Cultura de la Corrupción) use como punto de partida o ingrediente. Post-corrupción hace referencia a la postproducción y al contexto de lo post en general.

Post- a continuación o más allá de algo.

Aun sin saber realmente si era posible o procedente hablar de post-corrupción, lanzamos la convocatoria. En ella pensamos en tres puntos de partida:// El Bizarropaisajístico. Antes todo esto era campo. Parque Europa y otros lugares inverosímiles. Trenes que paran en ningún sitio, aeropuertos sin aviones, campos de golf sin agua. // El Localindividualista. Todos somos corruptos. Mi hijo va primero, alúmbrame a mí, me he ligado al portero. // El Estéticofetichista. Learning from Eurovegas. Sobres, trajes y gomina, café con leche, salvo alguna cosa, fin de la cita y otros fenómenos virales.

Con la muerte del sujeto contemporánea desaparecen los estilos personales. Prima lo neo, lo retro. La apropiación carga todo la post con la cita recurrente del pasado, pero lo hace a través de términos únicamente estéticos. Aparece un nuevo tipo de superficialidad, de insipidez o falta de profundidad.Al haber eliminado la historia como entidad unitaria y secuencial, el sujeto carece de la experiencia de continuidad temporal, fragmentando el tiempo en una serie de presentes perpetuos.  El contexto apropiacionista, de hipercomunicación y remezcla en el que vivimos fagocita la cultura de masas y la hibrida hasta el punto en que los ídolos generados por la corrupción se desdibujan con el resto de figuras de la mística individual. Se deshacen las identidades, pero se mantiene una persistencia del “yo” a lo largo del tiempo.

La corrupción y la post-corrupción parecen ocurrir casi simultáneamente. Aparecen algunas conclusiones trabajando sobre los contenidos o recibiendo las colaboraciones. Al lanzar la convocatoria lanzabamos una pregunta que nosotros mismos no sabíamos responder. Post-corrupción era un fantasma que salimos a cazar antes de saber si existía o no.Los mecanismos de lectura de la realidad utilizados en la escuela de arquitectura tienen cada vez menos sentido en este contexto. La corrupción se revela como un punto de partida como el clima o la geografía. Es posible que podamos hablar de una cultura de la corrupción, y no de ella como un estado fatal y futurible. Obviarlo sería por nuestra parte un ejercicio de autismo.

Este catálogo no homologado de la cultura de la post-corrupción puede constituir un documento inútil , falaz , innecesario. Debe ser leído entonces como una (otra) ficción.

Nuestro contexto mediático-fantástico hace que aparezcan capas de realidad en las que son posibles dos narraciones contradictorias simultáneamente. La mentira es una posibilidad cualquiera. Los documentos gráficos y audiovisuales de los periódicos y la televisión, los mitos locales, componen relatos fragmentarios, n-combinatorios y casi siempre verosímiles.  El caso particular de España, en que folclore, política e historia son todo uno, acentúa esta situación en la que un ciudadano medio recuerda tanto a Jesús Gil en un Jacuzzi con un teléfono blanco como la fotografía de su primera comunión.

Las minorías toman  la palabra y desarrollan ahora sus propias historias, parasitarias y suplementarias al saber disciplinar, tratan de desmontar las estructuras de poder que organizan los dispositivos de enunciación y representación de la historia. De una verdad a una muchedumbre de verdades, de lo uno a lo múltiple, a la obsesión por los fragmentos y lo local.

El número post-corrupción acumula, superpone y contrapone acercamientos a su propia razon de  ser: su título. Quizá la muerte del sujeto sea finalmente próspera y brillante, hecha desde los márgenes. Frente a las verdades unívocas contenidas en el libro, el conocimiento múltiple y minoritario sobreimpreso en un formato robado.

La realidad está bajo sospecha, la autenticidad ha sido reemplazada por la copia. Lo real ya no es aquello que se puede reproducir, sino lo reproducido. 

 

Perdónalos, señor, por que no saben lo que hacen.